October 22, 2007

Trabajo difícil (8 de...)


Otra vez me había ido al pasado sin darme cuenta, pero esta vez no fueron sus reclamos los que me trajeron de regreso...!

Había descuidado el cristal trasero de la puerta de pasajeros, entre el sonido del disparo y el impacto no hubo ni un fragmento de segundo. Sentí como mi oreja derecha se desgarraba, el dolor fue intenso, la sangre brotaba. Al parecer un vecino estaba tratando de ser héroe.

Me agaché justo antes de que sonara su segundo disparo, el cual seguramente me hubiera fulminado. En cuanto vi que la bala traspasó el centro del apoya cabezas de mi asiento, y se perdió rompiendo el vidrio del parabrisas, me levanté y disparé tres veces en la misma dirección en que deduje provenían los de mi atacante. Fallé el primero, pero con el segundo y el tercero fue suficiente. Uno se incrustó en su pecho, y mientras su cuerpo se desplomaba el tercero desapareció en su frente.

Al mismo tiempo que terminada de caer, puse el hierro caliente de mi revolver en la parte de mi cabeza donde una vez estuvo mi oreja...el dolor era tal que ni sentí el calor del cañón quemando la carne. Tampoco escuchaba nada, solo sentía un terrible dolor que me consumía el cerebro y el olor a carne quemada.

Cuando volví la vista hacia ella, ya era muy tarde. No estaba ahí. Aprovechando mi descuido se escondió no se donde, pero continuaba desarmada, su pistola seguía en el mismo lugar. No podía arriesgarme más, debía salir de allí, pero también debía encontrarla, no debía darme el lujo de que esto se repitiera. Ya era suficiente.

Todavía sentía la sangre correr por mi cuello hacia el hombro, pero ya no era tanta. Las fuerzas no me fallaban. Dejé el auto encendido y bajé. Sabía que ella no podía andar muy lejos. El golpe con la puerta le había dejado bastante aturdida. Si se estaba moviendo no era solo con la fuerza de sus dos pies, seguramente estaba arrastrándose cerca del carro, por eso no podía verle. No me preocupé por la intervención de otro vecino intentando ser héroe, estaba seguro de que la suerte del anterior les había dejado sin ánimos de meterse en este asunto.

Me agaché, miré por debajo del carro y allí estaba. Ya había logrado llegar detrás de el y noté como poco a poco trataba de levantarse. Estaba intentando escapar pero a la vez quería llegar al arma del individuo que estaba tendido en la calle. Corrí hacia ella, pero cuando me vio venir aceleró su paso, logre detenerla. La tomé de un brazo y golpeé su cabeza con el mango de la pistola.

Mi intensión de terminar con todo en ese momento y de un solo disparo se estaba viendo frustrada. Al final de la calle vi las luces de los carros de la policía, no me quedaba tiempo. Arrastré su cuerpo hasta el carro, la utilizaría para huir como rehén. Mientras corría no quité la mirada de las patrullas que ya casi me rodeaban. Cuando de repente sentí que ella con sus dos manos tomaba mi brazo, enterró sus uñas en mi piel, logró que suelte su cabello. La miro, pero no entiendo nada de lo que dice, todavía el dolor en mi oído y la sangre acumulada no me permiten entender. Era como si estuviera sumergido en el agua y alguien me hablara desde fuera.

Debí dispararle allí en ese momento, o intentar escapar. Pero al ver sus labios que seguían moviéndose como diciendo algo, y notar cómo en su rostro se dibujaba una luz de alegría, me hizo detener. No lograba entender lo que estaba sucediendo en ese momento. Por qué sonreía si todavía Yo tenía la oportunidad de escapar, si todavía Ella tenía la oportunidad de morir?

La respuesta me la dieron sus ojos. Noté que mientras me distraía hablando y riendo, sus ojos inundados de lágrimas que miraban los mios, sus ojos por instantes enfocaban otro lugar, había algo detrás de mi...

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