Llueve, por favor llueve. Deja que tu húmedo y refrescante amor caiga sobre mi ser. Cada gota que moje mi piel será como agua bendita que llenará mi alma de esperanza, de luz, de paz.
Lluéveme, que con los brazos abiertos, con la cara al cielo, con los ojos abiertos, estoy dispuesto a recibir hasta la última gota de tus días.
Lluéveme, quiero que tu cuerpo cubra el mío con la tibia agua que acurruca tu corazón. Empapa mi ser con la pureza de tu amor, ahoga los demonios que reposan en la oscuridad de mi alma, y ayúdame a crecer.
Imagen: yo mismo...
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