...mis manos sujetaron tu rostro, tus ojos se perdieron en los míos, que a su vez se fijaron en tus labios. El calor de tu piel me hizo separarme de mi cuerpo, tomándote de la mano y sin movernos te llevé a un lugar distante y distinto en donde el agua cálida y salada borró nuestras huellas y limpió la arena que se refugiaba entre los dedos de los pies...
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