November 9, 2008

9 de Noviembre, siete años después...

Abro los ojos, y sobre mi hombro sigues durmiendo, tranquila, acurrucada a mi. Con mis brazos haciendo de sábanas, cubro tu cuerpo y me acerco más a ti. Sin despertarte te acomodas, y el calorcito de tu cuerpo se siente más y más en mi piel, y el calorcito de tu amor me llega más y más al corazón. Mientras duermes tan cerquita de mi, me recuerdas lo mucho que me quieres, me recuerdas lo mucho que te amo. Me haces soñar despierto, y pensar que estar contigo, junto a ti, ha sido la mejor de mis decisiones, y doy gracias a Dios por tan inmerecido regalo. Con tu cariño me haces sentir que soy un hombre perfecto, me haces querer ser ese hombre perfecto que me haces sentir. Y a pesar de que no lo consiga, y a pesar de que veces hasta pareciera que soy el más imperfecto, sigues perdonando mis errores, sigues creyendo y haciéndome creer que puedo ser mejor.

Gracias por llevarme en tu corazón, por dejarme vivir a tu lado, por hacerme parte de tus días y tus noches, por soportar mis demonios y valorar mis virtudes (aunque sean pocas), por tu amor, por tu comprensión, por compartir tu vida con la mía, por darle tu color a mis pálidos lienzos, por ser la mujer, la amiga, la amante, la madre, la esposa de mi vida.

Siete años después, y mi alma sigue necesitando la esencia de tu alma...
Siete años después, y mi cuerpo sigue necesitando el calorcito de tu cuerpo...
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Te amo!