May 26, 2009

voluntariamente reprimido.

...el calor de los besos se colaron por la piel, llevando hasta su interior el fuego del deseo.
Las caricias de las manos viajaron por el cuerpo, recorriendo poro a poro la estructura de la pasión. En aquellos eternos minutos de ardiente libertad, la paz de sus almas se perdió en la guerra de los cuerpos. Los labios se acariciaban suavemente y sin tregua, mientras la humedad generada convertía en placer al árido movimiento de la fricción...

Abrió los ojos, como de costumbre sin compañía en la cama, pero esta vez aturdido por aquel sueño que le hizo despertar tenso, mojado y cubierto de sudor. Echó una mirada al crucifijo que parecía observarle fijamente desde encima del gavetero, dibujó una cruz imaginaria sobre su cuerpo, mientras recordaba que a pesar de ser hombre había prometido no vivir completamente como tal. Con una ducha fría relajó su cuerpo y sus ideas, para luego con una sotana disfrazar sus anhelos por miedo a ser castigado por otros hombres (con sueños iguales o peores a los suyos, y que probablemente ya hasta los han hecho realidad).

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