March 3, 2010

te miré...

Te miré a los ojos, y no se si por lo que vi o por lo que no vi, en mi interior nació un inmenso deseo de sujetar tu cuello, de posar en el ambas manos con sus respectivos dedos. Tomarte por el cuello por un largo rato y tan fuerte que lo soltaría solo después de asegurarme que ni una ligera brisa se escurriera desesperada desde el interior de tus fosas nasales. Te miré a los ojos, y no se si leíste mis pensamientos, pero pude notar como de la nada, sin intercambiar una sola palabra, tus ojos comenzaron a rebosarse de lágrimas, las cuales mojaban gran parte de tu rostro y se mezclaban con el líquido vizcoso que salía de tu nariz. Te miré a los ojos, y quizá por la rabia de mis pensamientos, por la impotencia, frustración o la falta de valor para poder materializar mis ideas, comencé a llorar profusamente, quizá y hasta al mismo tiempo e intensidad en que lo hacías tu. Te miré a los ojos, y luego de unos minutos, me lavé la cara, di media vuelta y salí del baño... nada pasó.


Imagen gracias a google image search.

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