November 29, 2007

Trabajo difícil (9.75 de 10)


Se percató de que el seguro estaba puesto, pero antes de que lo quitara, ya yo tenía el arma sujetada fuera de mi cuerpo, mientras abría la puerta y me abalanzaba a ella.

No tuve que esforzarme mucho para quitarle el arma, desactivar el seguro y controlarla. Eran su voluntad y determinación lo que la mantenían en pie. Yo tampoco estaba al 100% de mi capacidad, la herida en mi hombro sangraba mucho, pero no podía rendirme. Debo sacar esa bala cuanto antes.

La reacción de los oficiales no tardó, volvieron a atrincherarse detrás de sus vehículos mientras se escuchaba llegar refuerzos. Iba a necesitar un poco más que suerte para salir de allí. Las condiciones de mi rehén no me favorecían para nada. Más que un pasaporte de huida, su estado casi inconciente representaba una carga, pero ellos no podían enterarse de esto.
No intenten nada o la mato! – Grité.

Me harías un favor. – Me dijo. Y tú, en realidad piensas que tu vida vale tanto como para luchar tanto por ella.

No entiendes, no entiendes nada. Le respondí. No es por mi vida que estoy luchando, pero no tengo tiempo para esto. Voy a salir de aquí y quiéranlo o no me ayudarás.

A pesar de que su rostro estaba casi cubierto por cicatrices y sangre, quedaba un destello de lo bella que una vez fue. Pude leer en sus ojos el gran deseo que tenía de morir. Lo único que la mantenía en vida desde aquel día, era su hambre de justicia.

No se preocupen por mi, yo ya estoy muerta! - Gritó antes de que la pudiera callar con un golpe en la sien.

Debajo del carro podía ver que los agentes mantenían su distancia.

Ayúdenla, la está golpeando! Uno de los vecinos espectadores gritó. Mi respuesta inmediata fue ubicarlo visualmente. Estaba a dos casas detrás yendo a la izquierda. Vestía ropa de trabajo, al parecer cuando todo comenzó se disponía a salir. Parqueado en la acera frente a él había una station wagon. Un poco más acá de donde estaba el cordón policial.

En qué estoy pensando!? Cómo llegaría hasta allí? y menos ahora que debía arrastrar a mi rehén.

Callé al individuo con un disparo que se incrustó en su pecho. Su cuerpo tocó el suelo al mismo tiempo que un grito se escuchó en el interior de la casa.

Estoy hablando en serio! - Grité. - Mantengan su distancia y vayan consiguiendo a un negociador!

Sólo está empeorando las cosas…Usted sabe bien que esto no acabará en nada bueno. Entréguese ahora antes de que sea demasiado tarde. – Me dijo la misma voz que todo este tiempo había hablado detrás del megáfono.

Sabía que tenía razón. Pero no era mi intensión entregarme por las buenas, ni siquiera por las malas. La miré una vez más, luego miré al interior del carro. Debía entrar con ella, para luego tratar de llegar al baúl y a la escopeta. Quizá y hasta me daría espacio para hacer arrancar el carro.

Con bastante trabajo subí tomándola de los brazos. Mientras lo hacía, el policía tratando de convencerme, pero se notaba su falta de experiencia en este tipo de situaciones. Poco a poco logré hacernos entrar en el vehículo. Abatí el asiento del acompañante y coloqué su cuerpo pegado del lado agujereado del auto, si decidían disparar su cuerpo me serviría de escudo.

En el cielo ya se escuchaban los helicópteros, seguramente todo estaba siendo televisado. Con cada minuto que pasa, mis afortunadas improvisaciones se dificultan cada vez más. En caso de que logre encender el vehículo, sin neumáticos no podría ir a más de 20 kilómetros por hora. Tendría que pararme al lado del primer vehículo para hacer un cambio. Por otro lado, de no encenderlo, volvería a la idea de llegar al baúl, luego saldría de nuevo y con ella como chaleco antibalas trataría de llegar a algún acuerdo.

No enciende, seguramente hay una fuga. El fuerte olor a aceite y combustible me lo dicen. Lo que también significa que estoy dentro de una bomba de tiempo. Esto luce peor. Ahora no se de qué servirá la escopeta, en caso de que la consiga solo lograría retrasarme. Pero las municiones nunca sobran. Decido ir por la escopeta, pero justo antes de pasar al asiento trasero un dolor intenso en la espalda me detiene, me toco, mi sangre se llena de sangre, noto que uno de los vidrios del carro tiene un agujero nuevo, llegó un franco tirador. Antes de escuchar al segundo disparo hacer otro hoyo en el cristal, logro escudarme con mi rehén, y queda incrustado en el asiento que ocupaba. El tercer disparo pasó a medio centímetro de mi brazo, hasta pude sentir la brisa de la bala. No estaban jugando, su disposición de matarme era evidente.

Te tenemos rodeado, ya sabemos quien eres, no podrás huir! -La ya familiar voz de uno de los policías me replicaba.

En realidad, ya todas mis ideas se escapaban al igual que de mi cuerpo se escapaba la sangre. Estaba a pocos minutos de mi fin…

3 comments:

Ramielys Mejía said...

:O

Waohhhhhhhhhh... NO Pueso Esperar el final... me tienes en suspenso... Ojala no me la pierdaaa!!!!

Saludoss y abrazoosss

Unknown said...

estoy que me como las uñas esperando la siguiente!! Esto esta buenisimo!

pvilas said...

Gracias a ambas por leer y comentar...
quiero terminarlo...pero se está poniendo difícil... :-)