December 28, 2007

los cuatro elementos...


Dormitaba entre la humedad de la tierra cuando uno de tus pensamientos me hizo despertar. Me concentré para saber en dónde estabas, pero no pasó mucho tiempo antes de que pudiera encontrarte. En forma de aire entré por tu ventana y con un ligero susurro me posé en ti. Me recibiste en tu piel desnuda y erizada por el escalofrío.


Estabas en el baño bajo la lluvia de tu ducha, la espuma se desvanecía lentamente. Como el agua me dejé caer desde tu frente acariciando suavemente los contornos de tu rostro. Bajé por la curva de tu nariz hasta perder velocidad en tus labios, quise abrazarlos pero con tu lengua me empujaste para seguir mi caída por el centro de tu pecho, la belleza de los alrededores me distrajo por un momento, y sin darme cuenta ya rodaba por tu estómago dejando un ligero camino hasta esconderme en tu ombligo.


Cerraste la ducha y con la toalla secaste tu cuerpo casi por completo, me quedé observando desde tu ombligo hasta que te sentaste en tu cama y decidí seguir la dirección que me indicaba la gravedad. Como en cámara lenta caí poco a poco rozando cada pliegue en mi camino. La temperatura de tu cuerpo se fue elevando, tuviste que acostarte pero ya yo estaba ahí. Tu piel se fue calentando. La suavidad de tu carne me acogió y justo cuando me evaporaba por el fuego que salía de tu interior, tus dedos me mezclaron con tu néctar.


El viaje fue intenso, placentero. Ahora duermes, y aunque nunca sepas que estuve aquí, en otro momento u otro día, con uno de esos pensamientos me volverás a despertar.

3 comments:

Unknown said...

muy interesante...

Lizzie González said...

buenísimo Pedro....y el título está increíble...te quedó de libro

pvilas said...

si *lin*, muy interesante...

gracias Lizz...y que bueno que te gustó...