February 13, 2008

una botella de tinto...

Sujeto la botella en mis manos, la contemplo y trato de ver su interior, la pongo sobre la mesa, tomo el sacacorchos, despliego su espiral de acero. Vuelvo a sujetar la botella, pero esta vez con una sola mano, mientras con la otra sostengo el sacacorchos y con su punta afilada voy rompiendo poco a poco la cubierta metálica que protege al corcho. La retiro, y dejo al descubierto aquello que una vez fue parte de un alcornoque, aquello que ahora tiene la importante labor de sellar y asegurar el preciado contenido que pronto degustaré.

Sin soltar la botella, suavemente pero con firmeza, introduzco la punta de metal en el centro del corcho, comienzo a girar la muñeca logrando que la espiral lo penetre y se abracen entre sí. Con mucho cuidado pero con seguridad giro la mano hasta llegar al punto exacto, justo antes de llegar a traspasarlo, asegurando así la pureza de la bebida. Al llegar a ese punto, coloco el otro extremo de metal en el borde de la botella, y con uno o dos impulsos extraigo el corcho por completo, lo separo de la espiral, y manteniendo la mirada en su forma y las imágenes que tiene impreso, lo acerco a mi nariz y sin llegar al contacto, cierro los ojos y absorbo su aroma tan especial.

Luego de colocar el corcho sobre la mesa, dejo reposar la botella por un minutos para que el aire realce su aroma. En una copa de cristal translúcida vierto una pequeña porción. La sujeto por el cuello y la observo cual si fuere la octava maravilla. Me pierdo en su peculiar color y sus tonalidades, en la forma en que baila alrededor del cristal cuando lo muevo, hasta que finalmente acerco mi rostro y antes que mi boca, mi nariz se deleita con su suave y peculiar aroma. De nuevo cierro los ojos, y dejo que esos olores me lleven a recorrer la tierra y el campo en donde creció la uva que dio su cuerpo por mi. Impaciente, con los labios sujetando la orilla de la copa e inclinándola levemente, comienzo a sentir el suave pero fuerte, calido pero agradable sabor. Con un simple sorbo logra cubrir por completo mi paladar y envolverme con la magia de su textura.
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Me sirvo un poco más y los diablitos me tientan a dejar caer algunas gotas sobre tu cuerpo desnudo...

3 comments:

Carolin Guzmán said...

Uhmm tremendo ritual para culminar o mejor dicho iniciar una noche prometedora y candente.

Ramielys Mejía said...

Super mega Noche.!!! no hay que pedir nada mas.

PEdro: FEliz Dia de los Amigos!

Pd: Me encanto la foto de Maria Laura de España.... Ole!

pvilas said...

;)