March 1, 2008

perseguido por el pasado (noche sin sueño)


Me levanté de la cama, caminé hasta el baño, abrí la llave del agua, tomé la barra de jabón y me lavé la cara. La sequé, pero todavía sentía en mi rostro aquel olor a ella. Volví a lavarme la cara, y volví a secarla, pero al respirar seguía sintiendo aquel aroma, al parecer estaba impregnado dentro de mi. Volví a la cama, ella estaba profundamente dormida, el cansancio fue tal que no le dio tiempo ni a arroparse. Tiré la sabana sobre su cuerpo y me acosté a su lado. El sueño se me había ido por el drenaje del lavamanos. Las sombras en el techo parecían mi única entretención. Estoy un poco grande como para comenzar a contar ovejas. El segundero del reloj me recordaba con su ruido que el tiempo estaba pasando y que yo seguía sin conciliar el sueño. Me paré, eran las dos de la madrugada, y fui a buscar un poco de agua, me puse ropa interior, y descalzo caminé hasta la cocina. En ese momento recordé que antes de acostarnos había olvidado poner los pestillos en la puerta de entrada. Caminé hasta ella y noté que estaba ligeramente abierta.


Tomé un candelabro que estaba en la mesa de la sala (no podía ariesgarme a buscar la pistola en la habitación) y con cautela abrí por completo la puerta, verifiqué que afuera todo estuviera normal y la volví a cerrar. No me había dado cuenta que detrás de mi había alguien, al voltearme recibí en la sien un golpe que me hizo caer sin siquiera haber podido procesar de dónde vino, ni quién fue. Aturdido traté de reincorporarme, pero otro golpe terminó de dejarme sin sentido. Al despertar, el sol se encargó de informarme que ya era de día. Yo estaba tirado en el piso de la sala, la puerta estaba completamente abierta. Me levanté del suelo, pero el fuerte dolor en mi cabeza me hizo sentar en el sillón más cercano. Esperé unos segundos y corrí a la habitación.


Allí estaba ella bajo la sábana, casi en la misma posición en que la había dejado al levantarme, sentí en mi interior un ligero alivio. El reloj marcaba las seis de la mañana. La desperté para verificar que estuviera bien. Abrió los ojos y al ver los moretones en mi rostro y la mancha de sangre se espantó. Le dije que no se preocupara, pero que esperara en la cama, debía asegurarme de que todo estaba bien. Me aparté de su lado, me puse un pantalón, primero entré al baño y todo estaba bien. Al volver a la habitación ella ya no estaba en la cama. - Rebeca! - grité mientras corrí fuera del cuarto. La busqué en la sala pero no estaba allí, al voltear la cabeza hacia la cocina, la vi parada frente a la nevera, envuelta en la sabana, mirando fijamente hacia un papel que había allí pegado. Corrí a su lado, la abracé y leí las letras grandes y rojas que habían en la nota: "ESTO ES SOLO EL COMIENZO"...
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5 comments:

Ramielys Mejía said...

Ayyyyyyyyyyyyyyyyyyyyyyyyyyyyyyy :S
QUE PASARA DESPUES???? Muero de Espanto.... Deberias continuar la historia cuando vuelvas a escribir... cuidado con cambiar a post secrets o algo asi????

Rebeca!!!!!! cuidateeeeee... :P

Unknown said...

uy uy uy... el comienzo de otra buena historia...

de verdad, cuando publicaras el libro????? (te lo compro)...

Beba_Felina said...

YES!, me encantan esas historias tuyas, haces ke kiera mas y mas.

Carolin Guzmán said...

Bueno que terrible amenaza... me has dejado en suspenso.
Lo que no entendí era el por qué querías quitarte su olor de tu cara :)

pvilas said...

rami, rebeca no se cuidó... jeje

*lin*, ya casi me convencen, pero soy muy dejado... ya veremos...

beba-f, ;)

carolin, a pesar de que hay olores que son buenos, después de un tiempo molestan... :)

todas, graaaaaaaacias!