June 10, 2008

Uno a uno...


Uno a uno fueron muriendo, uno a uno los fuimos perdiendo.

El primer cadáver lo encontramos por la mañana. Apareció entre la vegetación artificial, su cuerpo inmóvil estaba atrapado entre las plantas. Los ojos opacos, parecían mirarnos, pero en realidad estaban perdidos en la nada. Su aspecto nos permitía calcular que había muerto en la madrugada. A simple vista no pudimos determinar la causa de su muerte, y tampoco teníamos los instrumentos necesarios para averiguarlo, así que simplemente retiramos el cadáver, lo introdujimos en una funda plástica y lo desechamos. Preocupados por el hecho, decidimos prestarle mayor atención al resto, pero sin darle demasiada importancia.
Pero al día siguiente nos dimos cuenta que el tema sí era serio. Estábamos frente a una crisis. Ojos pálidos y manchas blancas en el cuerpo de un individuo. Pérdida de tejido y la pérdida de motricidad en extremidades de otro individuo. Los expertos nos indicaron que estábamos en presencia de una invasión de parásitos, y no cualquier invasión, era ya una epidemia.

Cuando comenzamos con el tratamiento, ya era muy tarde, uno de los sujetos estaba en las últimas. La enfermedad era fulminante. Pudimos ver como poco a poco iba perdiendo la vida, él mismo se aislaba del resto, estaba preparado para morir. Su momento llegó, y su cuerpo inmóvil quedó en el mismo lugar que el anterior, enredado en aquellas plantas artificiales. Extraño lugar para terminar sus días.

Ya han pasado tres días desde la última muerte, solo queda uno con vida, ha reaccionado positivamente a los medicamentos. Ya la coloración en los ojos le ha vuelto, y las manchas han desaparecido casi por completo. Lo tenemos en cuarentena. Pero por más salud que aparente tener, no podemos arriesgarnos a meter otro pez. Dejaremos que pasen dos o tres días más antes de suspender los medicamentos y cambiar parte del agua en la pecera, y rezar porque no se vuelvan a enfermar.

Uno a uno fueron muriendo, eran tres pececitos y ahora solo queda uno :(


4 comments:

Carolin Guzmán said...

Hay que triste, me hiciste recordar unos pececitos que teníamos mis hermanos y yo que nunca le encontramos una explicación a su muerte. Fueron días muy tristes, recuerdo que le cogimos tanto cariño que nunca quisimos volver a tener otros pececitos para no sufrir de la misma forma si por casualidad corrían la misma suerte. Ojala y el pececito que queda se recupere pronto.

pvilas said...

amén... sobre todo porque Ma Laura no sabe que los que faltan están muertos... le dijimos que los llevamos a una clínica de pececitos porque estaban enfermos. La idea es comprar nuevos similares para que no se de cuenta... Cuando le dijimos que estaban enfermos por poco y entra en llanto, puso una cara de depresión y preocupación, que tuvimos que inventar el cuento de la clínica... :(

Carolin Guzmán said...

Ufff ya me imagino su preocupación.
¿Y como sigue el pececito?

pvilas said...

gracias carolin, por la felicitación del comentario 10 aniversario... :)

el pececito va más o menos... la enfermedad va mejorando, pero de ánimo se le nota bastante deprimido... casi no pasea por la pecera, seguramente se siente solo. Por suerte el tratamiento termina mañana en la noche, si lo veo sano, el sábado le llevo compañía.