February 16, 2009

El libro de su vida...


Los días pasan y el ayer parece una imagen con más de tres cuartos de siglo de antigüedad. Los días pasan, y en los recuerdos solo quedan diminutos destellos de una vida larga, talvez demasiado para su propio gusto. Las fechas solo existen en los calendarios, los nombres se esfumaron junto con el último de los cabellos negros que habitó sobre su cabeza hace ya muchos años atrás. Toda una vida se pierde en una esquina oscura de su mente, que cansada de pensar poco a poco se va rindiendo ante el peso del tiempo.

No reconoce ni a ese hombre parado delante de él, ese ser tan arrugado y tembloroso que se refleja en el espejo. Y sus ojos, aquellos ojos negros que sin una palabra lograron expresar tanto, teñidos de subes se esconden detrás de aquellas gafas que no le sirven más que para detener las lágrimas que le brotan de tanto en tanto y sin saber por qué. Quizá es que dentro de su cabeza, en lo más profundo de su ser hay algo que se niega a aceptar lo que le espera, y a gritos le reclama a su memoria que deje de borrar las páginas de su vida. Quizás hay algo allí adentro que se niega a ser una más de las tantas hojas en blanco que llenan su ya acabado ser. O quizá solo sea un respiro de paz, un soplo de alegría porque en su interior allá en el fondo de sus entrañas sí sabe quién fue, quién no fue, y que pronto todo terminará.

Ya el libro de su vida se cierra, para él con más páginas vacías que llenas. Pero para quienes como espectadores estuvieron presentes en algún momento de aquella travesía, se cierra lleno de páginas escritas en tinta china, con letras que sobrevivirán el paso muchas generaciones por venir.

2 comments:

Filomena said...

Que bello escrito. Me recuerda tanto a mi padre :(

Carolin Guzmán said...

Waooo vivir es también quedarse en los corazones de otros. Hermosas letras.