letras pensadas sin idea...

Los pensamientos se escurren por mis dedos, gota a gota cada idea queda plasmada en las letras que manchan el blanco papel. Los recuerdos del pasado dicen presente, mientras que los sueños del futuro viajan al pasado cuando llegan al día de hoy. Juntos, lo que fue, lo que es y lo que podría ser, danzan una especie de baile confuso para luego caer exhaustos sobre esta hoja. Por momentos ni yo mismo se lo que mis dedos dicen, pero cuando leo y releo lo allí escrito, arranco la hoja, la leo de nuevo, cierro la mano y la convierto en lo que nunca ella quiso ser, una pequeña y arrugada bola de papel dentro del cesto de la basura. Una de tantas que se van acumulando con el paso de las horas.

Al final del día, con los dedos cansados y la mente vacía, las ideas quedan envueltas en aquellas hojas amontonadas. Y sin lastre que me sostenga en la tierra, cierro los ojos y dejo que mi cabeza se eleve lejos del resto de mi cuerpo a un mundo distinto, en donde lo real no tiene sentido, y los sentidos no guardan ningún lazo con lo real.