September 17, 2010

su sonrisa...

Con los pies cansados de tanto andar, la boca seca por la falta de unos labios que besar y la mente saturada de tanto pensar, recostó en el suelo su cuerpo desgastado y adolorido de tanto vivir, de morir en vida, de vivir sin un motivo, sin algo por qué sonreír. Cerró los ojos exhaustos de tanto buscar, cansados de mirar a la nada que a la vez era su todo, cansados de ver con tanta claridad aquella inmensa oscuridad donde se encontraba, sin algo por qué sonreír...

...Y soñó, quizá despierto, quizá ya muerto, pero soñó. Abrió los ojos y se vio en aquel lugar que sin conocerlo tanto buscó, se levantó del suelo que ya no era suelo, que era arena y caminó, sintió vida en sus poros, vida en su cerebro y sonrió. Sonrió cuando sus ojos encontraron su destino, cuando su destino le tomó por la mano, por siempre sonrió...

...Y allí lo encontraron, tendido en el piso. Y allí lo llevaron en una ambulancia. Ahora se le ve en aquella cama, con media docena de tubos y cables conectados a su cuerpo, con un papel a los pies de aquella cama que dice que su cerebro está lejos, pero con una sonrisa en su rostro que a todos deja perplejos. Y mientras deciden qué hacer, él disfruta de aquello en ese momento, y seguramente también lo hará después.

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