October 4, 2007

lluvia...


Salí a caminar pensando hacer lo peor. El cielo se veía gris, pero mi alma estaba más oscura que esa mañana, estaba dispuesto a terminar con todo, a punto de explotar. En mi cara chocaba una brisa cálida, que de repente se detuvo. Ya en mi cabello sentía las pequeñas gotas que anuncian la lluvia, pero en vez de apurar el paso me quedé parado en medio de la calle, algo me impedía avanzar, miré las nubes sobre mi, y la suave llovizna se convirtió en lluvia. No me importó mojarme, ni pensé en nada, nadie, ni en enfermedades posteriores, simplemente cerré los ojos y dejé la lluvia caer sobre mi rostro. Sentí como si cada gota de agua fuera limpiando mi cuerpo y mi alma, como si poco a poco se apagara el infierno en mi interior. La lluvia fue tomando fuerza, estaba completamente empapado, y aún así seguía parado mirando al cielo, con los brazos extendidos, con una sonrisa de oreja a oreja, con deseos de vivir. Podía sentir como cada gota se estrellaba en mi piel, para luego confundirse con el resto de las demás que se escurrían hasta llegar al suelo, me comenzaba a sentir limpio, fresco. Abrí los ojos, y la lluvia lavaba mis lágrimas de dolor para dejar llegar mis lágrimas de alegría, me di cuenta que ya no estaba nublado, el sol brillaba justo encima de mi, su fresca humedad me había salvado...algo, alguien más fuerte que yo me había salvado.

(...no todo lo que lees me sucede o sucedió, simplemente escribo lo que pasa por mi mente, quizá si lo viví pero quizá no en este envoltorio que guarda mi alma...)
Imagen: blogya.com

4 comments:

Anonymous said...

no hay nada tan gratificante como eso!!

pvilas said...

asi es...!

Bεtzåida, gracias por comentar.

Lizzie González said...

jajaja me encantó el comentario al margen

pvilas said...

Hola lizzie!!! fue para que no quepan dudas...jeje