...dejarte dejarme...

Mis labios resecos son la primera señal evidente de tu ausencia. Con la mirada triste te busco sin suerte más allá del horizonte. Entre pasos tropiezo una y otra vez con los escombros que dejó tu partida. Mis letras se pierden entre los suspiros y el recuerdo de lo que ya dejó de ser. La sonrisa se apaga y el eco de tus "te quieros" se escucha solo en mi mente. El viento parece ser lo único que me empuja a seguir adelante. Por las noches la sábana se esfuerza sin éxito por darme el calor que vos me dabas. Tomo de a sorbos la idea de que te fuiste para siempre, me engaño a mi mismo. El agua corre por mi piel iniciando su recorrido desde mis ojos que ya no te ven. El dulce sabor de tu piel salada se quedo en mi lengua cual si fuera un castigo. Los abrazos que me diste perdieron su efecto ante los abrazos que ya no me das. Menciono tu nombre cada vez que me levanto, y al mencionarlo caigo una vez más. Los días parecen eternos recordando tu partida, las noches son fugaces al soñar tu regreso. Entiendo las razones que me diste para dejarme, pero no entiendo la razón por la cual debo dejarte dejarme.